El balón rueda ya


Ha comenzado el Mundial de Fútbol y el planeta entero dirige sus ojos por primera vez hacia el continente vecino, no para lamentar matanzas, hambrunas, guerras o desastres humanitarios, sino para disfrutar de un deporte que une las antípodas, incluso para este territorio que ha sido secularmente vencido, saqueado e ignorado por la civilización contemporánea del desarrollo, la democratización universal y la tan cacareada globalización.

El balón rueda ya en el estado anfitrión, Sudáfrica, que fue precisamente uno de los nombres por el que más repicaron las campanas informativas de la segunda mitad del siglo pasado, debido al proceso más llamativo de la lucha racial, el apartheid, en el que los nativos negros fueron desplazados durante décadas de cualquier opción de poder y dignidad por el régimen blanco afrikáner.

El balón rueda ya en el continente olvidado, un continente para el que el fútbol es un milagro o la tabla de salvación de un puñado de elegidos y sus familias, como Eto’o, Drogba o Zidane, y un juego muy serio para la aspiraciones de muchos chicos que juegan con las camisetas raídas del Barcelona, del Madrid o del Manchester United, en esos campos polvorientos, con balones de trapo y porterías desvencijadas, casi siempre mojones, en cualquier rincón de las ciudades o de las inmensas llanuras en las que se difuminan los pueblos desheredados de la mundialización.

El balón rueda ya en la tierra del gran icono de la esperanza africana, Nelson Mandela, que auspició una reconciliación casi imposible entre una ciudadanía dividida por el odio y el rencor absolutos, sobrevenidos por aquellos dilatados episodios de brutalidad, abusos y deshumanización racista que supuso el régimen separatista; un ídolo de la integridad y la conciencia negra que forma parte en vida de la leyenda que distingue a mitos como Nkrumah, Sankara, Cabral o Senghor, fallecidos hace años.

El balón rueda ya en muchos arrabales y aldeas africanas donde no hay agua corriente, electricidad, servicios sanitarios ni educación, pero donde sus gentes se reúnen frente a un único televisor para ver a los negros jugar contra los blancos, atletas millonarios que corren detrás de una pelota y cuyas fortunas superan muchas veces los presupuestos de sus pueblos, ciudades y estados, sin que nadie pueda parar ese carrusel desbordado de cifras injustas e inhumanas.
El balón rueda ya en un continente que lleva siglos esperando el respeto, la igualdad y la oportunidad de mostrarse tal como es, sin que eso suponga escarnios prepotentes ni el desprecio de otra civilización que se cree la destinataria del don de la verdad, de la impunidad, de la sabiduría y de la razón omnipresente que aliena cualquier otra forma de existir o de pensar.

El balón rueda ya en África y todo el planeta lo mira no para ver las paupérrimas tasas de escolarización, la mortalidad infantil debido a la falta de medicamentos, la ausencia de oportunidades para los jóvenes, el fruto de la decadencia del poder por el poder o la condena a la que están resignados cientos de millones de personas por haber nacido en la otra parte del espejo, sino para celebrar unos goles efímeros de un circo que genera unas riquezas que harían crecer campos y campos de trigo en el continente más pobre del mundo.

4 comentarios:

  1. Muy buenas. He estado siguiendo tu blog sobre Africa. Mi nombre es Marco y vivo en Ghana desde el 97. Me gustaria dejar el enlace de mi blog de Ghana. Es casi todo pesca, pero nos hemos adentrado mucho a la cultura del pais a traves de sus gentes de la costa.

    www.fishinginthetropics.blogspot.com

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  2. Gracias, Marcos, por dejar tu mensaje. Incluiré tu blog en mi web. Estamos en contacto.

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  3. Marco. Dirijo un programa de radio en Canarias sobre África. Me gustaría llamarte un día para hablar en directo de tu actividad en Ghana. Me gustaría tener tu email y tu móvil.
    Saludos,
    Juan Carlos Acosta

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  4. Juan Carlos,

    Agradezco tu interes. Como puedo pasarte mis datos?

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