He insistido siempre en que en la vanguardia del
acercamiento real de Canarias al continente más próximo debería estar presente
la información como punta de lanza de esa supuesta aspiración africanista que,
hoy por hoy, no termina de cuajar. Asumimos los que miramos hacia allí que en
pleno siglo XXI, el de las comunicaciones, la distancia mental con la que
vivimos en las islas de unos territorios que están al alcance de barquichuelas
es cuando menos desproporcionada y estimamos que de nada sirve desplegar todos
los discursos razonados, las inauguraciones de salones sectoriales, misiones
comerciales u otras acciones de las patronales si los esfuerzos institucionales
no están bien dirigidos, porque es posible que hagan agua como las pateras, o
al menos no rentabilicen adecuadamente las inversiones puestas en juego, lo
cual es un desperdicio sobre todo en estos tiempos de crisis. Por ello quiero
traer a estas líneas un hecho singular, un acto esperanzador como pocos en el
transcurso estos años de pequeños pasos africanos en el Archipiélago. Hablo de
la jornada que, bajo el epígrafe de “África para periodistas”, acogió esta
semana la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La
Laguna, un simposio al que tuve la suerte de asistir para oír hablar a varias
figuras ya muy reconocidas del corresponsalismo africanista canario, nacional e
internacional. La cita, que hay que agradecer a Acción Exterior del Cabildo de
Tenerife, a través de la AECID, junto a la ULL, fue todo un despliegue de argumentos
evidentes a través de exposiciones magistrales que a mí, personalmente, me
dejaron con ganas de más, de mucho más. Y es que pienso que es la sociedad
canaria la que debe protagonizar el proyecto de situarnos en el lugar que
objetivamente nos corresponde, como región ultramarina, como comunidad oceánica
europea circunscrita a otro continente del que parece que queremos escapar sin
tener claro por qué, cuando se revela como el ascendente que todo el planeta
quiere reivindicar. Sí, sí que sentí que era muy útil inculcar a los futuros
periodistas la mirada de África para que se sientan atraídos por unos países
que nos ofrecen un salto espectacular hacia la cuna de la Humanidad y una
diversidad difícil de imaginar sin pisar su suelo, cargado de trazas
milenarias. Sí que desee que nuestras Universidades, instituciones públicas,
organismos empresariales y ciudadanos caminaran hacia ese porvenir que pasa,
inexorablemente, por un nuevo mundo que nos tenemos que inventar, por lo que espero
que, junto a los grandes profesionales que contaron sus experiencias, surjan otros
nombres desde las aulas canarias que nos ayuden a enderezar el rumbo de unas
islas que navegan sin moverse del lugar.